El estrés

El estrés es la respuesta corporal a condiciones externas que perturban el equilibrio emocional de una persona. El resultado fisiológico de este proceso es un deseo de huir de la situación que lo provoca o confrontar la situación violentamente. En esta reacción increíblemente participan casi todos lo órganos y funciones del cuerpo como lo son el cerebro, los nervios, el corazón, el flujo de sangre, el nivel hormonal, la digestión y la función muscular, es de verdad un proceso muy peculiar.
En una situación de estrés, el cerebro envía señales químicas que activan la secreción de hormonas (catecolaminas y entre ellas, la adrenalina) en la glándula suprarrenal. Las hormonas inician una reacción en cadena en el organismo: el corazón late más rápido y la presión arterial sube; la sangre es desviada rapidamente a los músculos para huir del peligro; y el nivel de insulina aumenta para permitir que el cuerpo metabolice más energía.
Estas reacciones permiten evitar el peligro, son un mecanismo de defensa y seguridad interno. A corto plazo, no son dañinas. Pero en largos periodos, la fatiga resultante es nociva para la salud general del individuo. El estrés puede estimular un exceso de ácido estomacal, lo cual podría dar comienzos a úlcera o incluso puede contraer arterias ya dañadas, aumentando la presión y precipitando una angina o un paro cardiaco. Asimismo, el estrés puede provocar pérdidas o aumentos en el apetito causando desordenes de peso en la persona.
Periodos prolongados de estrés pueden ser la causa de enfermedades cardiovasculares, artritis reumatoide, migrañas, calvicie, asma, tics nerviosos, sarpullidos, impotencia, irregularidades en la menstruación, colitis, diabetes y dolores de espalda. Los episodios cortos de estrés afectan el funcionamiento del organismo; más sin embargo los síntomas desaparecen cuando el episodio cede. Esto ocurre más fácilmente en personas que saben enfrentar la presión externa y saben canalizar mejor y expresar sus sentimientos de manera normal sin reprimirlos o exagerarlos.
CUIDADOS. Si la causa del estrés es complicada y no solamente una mala actitud ante las cosas, por ejemplo la pérdida de su empleo o un divorcio, hay que buscar consejería y ayuda ante situaciones difíciles, un pastor, un consejero o algún profesional en este tipo de casos sabrán ayudarle a que enfrente la situación de la forma más efectiva.
Sin duda la mejor ayuda es la prevención y una actitud positiva y no negativa y autodestructiva.
Asista a una Iglesia donde se predique la palabra de Dios, lea la Biblia y ore a diario, este es nuestro mejor consejp.
Haz ejercicio y practica algún pasatiempo.
Habla con amigos de suma confianza con quienes puedas compartir tanto lo bueno como lo malo y relajate.
Aprende a tranquilizarte! Tu mismo(a) te conoces y sabes tus gustos y tus pasatiempos, busca lugares confortables.
Evita por encima de todo el uso de tranquilizantes, alcohol y tabaco para hacer frente al estrés. Amate a ti mismo(a) y
Sonríe.

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