"Ser Miembros de una Iglesia"

Tomado del Sermon predicado por Spurgeon el 24/10/1869:
La primera cosa que hicieron los cristianos originales, los cristianos de los tiempos antiguos y del Espíritu Santo, fue, "a sí mismos se dieron primeramente al Señor." Esto es vital, es la ofrenda de mayor importancia. ¿Nos hemos entregado realmente a Dios todos los que profesamos que somos discípulos de Cristo? ¿No hay en esta casa de oración algunos que jamás han pensado en hacer eso, e incluso algunos que rechazarían con desprecio la simple idea de hacer eso? Oh, mis lectores, el día vendrá cuando contemplen estos asuntos bajo una luz muy diferente, y en el mundo venidero se descubrirá que entregarse al Señor habría sido su más excelsa sabiduría, y que haber vivido para el ego fue su suprema necedad. Cuando estos primeros cristianos se entregaban al Señor, la primera cosa manifiesta era que la consagración y la entrega eran sinceras. Si algunos de los aquí presentes se han entregado al Señor, deberían preguntarse si su consagración fue sincera. Estos creyentes primitivos decían en serio lo que afirmaban: una profunda realidad estaba contenida en su consagración: se entregaban a Jesucristo para ser enteramente Suyo. Recuerden que en aquellos tiempos esto significaba mucho más de lo que jamás debamos sufrir ahora. Un hombre que se entregaba a Cristo en aquellos días era echado fuera de la sinagoga, si era un judío, y era proscrito de la sociedad, si sucedía que era un pagano. Era arrastrado a los tribunales; era arrojado frecuentemente en prisión; con igual frecuencia era golpeado con muchos azotes, y muy a menudo era ejecutado, siendo quemado o atravesado por la espada. Pero estos primeros cristianos sabían lo que habría de pasar, y, a pesar de saberlo, se entregaban al Señor resueltamente.

"Y no como lo esperábamos, sino que a sí mismos se dieron primeramente al Señor, y luego a nosotros por la voluntad de Dios." 2 Corintios 8: 5.

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