En tiempos de transición la tensión
invade a cada empleado del sector público. Esta misma tensión se extiende a sus
cercanos en diferentes escalas. Y es que, por más favorable que haya sido una transición,
la duda siempre hace su visita; Ni pensar si la misma no es conveniente.
Al ojo
humano y en nuestro país, el tiempo de transición es cada 4 y 6 años, pero la
verdad es que fisica, mental y espiritualmente siempre estamos en tiempo de transición;
los cambios son parte de nuestro diario vivir. Por lo que no importa si
trabajamos en el sector público o privado, ni siquiera importa si trabajamos o
no, los tiempos de transición nos alcanzan a todos.
Cada día
aprendemos algo nuevo; y un aprendizaje tiende modificar nuestra mente, haciendo
que actuemos de manera diferente, y es importante saber que, al cambiar
nuestra actitud, sin notarlo o saberlo algo se quebró en el mundo espiritual. Y
esto me deja entendido que la mayoría de las luchas no son cuerpo a cuerpo;
sino contra principados, potestades y huestes espirituales de maldad; y en
tiempos de transición mucho mas.
También es importante saber
que el poder de Dios se manifiesta en nuestros tiempos de transición, y
estando en los caminos del padre, cada cambio es ganancia, ya que el mismo es un paso que nos acerca a su propósito. Y es por esto que, los tiempos de transición en nuestras
vidas nos sirven para que aquel que inicio la buena obra siga perfeccionándonos
hasta su venida, pero también nos sirven para verificar de que están hechas
nuestras fundaciones (roca o arena).
Y en verdad no se que transición estas
viviendo en este tiempo, pero si te puedo decir algo: Aunque tu vida cambie
en un abrir y cerrar de ojos; hay uno que no parpadea; Aunque en un
tiempo/momento dado todos te den la espalda; hay uno que permanece fiel a tu
lado; Aquel que ninguna transición ha podido ni podrá moverlo de su trono
celestial; Aquel que ha estado por todos los tiempos; El mismo que vivirá y reinara por los siglos de los siglos!
“En tu mano están mis tiempos; Líbrame de la mano de mis
enemigos y de mis perseguidores.” Salmos 31:15
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