Un Aporte de: Nancy Elsevyf
Escrito por: Cinthya Mendoza Ramírez
Esta
mañana, cuando abriste los ojos viste tus manos, escuchaste y sentiste en tu
respiración el olor de la mañana, cierto?
Te
has preguntado alguna vez quien te obsequió la vida?
Nos dice la Biblia en Génesis 1:26
Entonces dijo Dios: “Hagamos al hombre a
nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar,
en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal
que se arrastra sobre la tierra. 1:27 Y creó Dios al hombre a su imagen,
a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. 1:28 Y los bendijo Dios, y les dijo:
Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgarla y señoread en los
peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven
sobre la tierra. 1:29 Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que
da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que
da semilla; os serán para comer”.
Dios padre fue el
creador y el dador de nuestra vida.
Cuando
alguien te injuria, te maltrata, le das tu perdón y de verdad olvidas la
ofensa? Permites que los demás defiendan su causa antes de juzgarles y
castigarles?
En
el libro de Juan 3:16-17 las escrituras sagradas nos presentan, quien nos ofreció su mayor
tesoro por amor a nosotros:
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo
unigénito,
para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida
eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino
para que el mundo sea salvo por
El”.
Quiere decir que si Dios
entregó su único hijo para que fuésemos salvos, para que tuviésemos vida
eterna, no hay nadie mas bondadoso y amoroso que el.
Puedes imaginar que alguien te pida al único hijo que tienes,
a quien amas inmensamente, en quien has depositado todo lo que eres, a quien
ves como tu mejor producto, para que pague los pecados y muera por aquellos que solo le han
escupido, blasfemado, repudiado, que harías?
Lo entregarías a la muerte? En verdad lo darías?
En nuestro vocabulario,
son pocas las palabras que a pesar de ser tan breves resultan tan significativas
como la palabra DAR, éstas tres letras encierran muchos significados, por
ejemplo; el diccionario la muestra como: Traspasar uno graciosamente a otro la
posesión o propiedad, proporcionar, ofrecer, entregar, confiar, conferir,
conceder, condolerse, comprometerse, todas estas acepciones implican el
sentimiento de generosidad.
De
todos estos sinónimos me llama la atención la palabra comprometerse. No sabia
que al dar algo me comprometía, Caramba! Esto es algo serio en verdad!, me
pregunté entonces ¿Por qué dar es un compromiso?
Entonces
entendí que quien recibe siente la gratitud y lo expresa, y siente el deseo de
retribuir el beneficio y entonces experimenta la satisfacción que implica dar, ayudar y entonces nace la necesidad de seguir dando, esto se
convierte en un habito y surge un compromiso entre ambos, los papeles se
alternan: quien daba recibe y viceversa.
Es como el amor, que se siente expresándolo y practicándolo, es decir se
aprende a amar amando; por tanto a dar, se aprende dando.
Algunas personas prefieren dar antes que recibir pero no porque tengan
la vocación latente en su corazón, la razón real es para no tener que agradecer
y esto es quizás más indigno que el no ser caritativo por que esto encierra una actitud de
mezquindad y egoísmo.
Las sagradas escrituras nos dicen en 2
Corintios 9: 7 “Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza ni por
obligación, porque Dios ama al dador alegre 8. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda
gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo necesario,
abundéis para toda buena obra”.
Sabes por que Dios Bendice al dador
alegre?
Por lo que El es solo él,
es capaz de dar con la única fuerza que puede mover el mundo y transformarlo,
la única herramienta que repara corazones: el amor, porque Dios es amor.
Solo aquel que ama provoca y
experimenta la alegría de dar, dar y dar tantas veces sea necesario, solo aquel
que siente el amor puede desprenderse, sin dolor, de lo que tiene o le
pertenece.
Vivimos en una época en la que todo gira en torno a “mi”
el modus vivendis en la actualidad es el “yoismo”, yo tengo, yo hago, yo digo,
yo soy yo quiero,. Exigir es la palabra clave, siempre exigimos mas pero, que
damos?
En el nuevo testamento, específicamente en el libro de Lucas 19 :1-8
se narra la historia de un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de los cobradores
del impuesto y muy rico. Quería ver cómo
era Jesús, pero no lo conseguía en medio de tanta gente, pues era de baja
estatura.
Entonces se
adelantó corriendo y se subió a un árbol para verlo cuando pasara por allí. Cuando llegó Jesús al lugar, miró hacia
arriba y le dijo: "Zaqueo, baja en seguida, pues hoy tengo que quedarme en
tu casa."
Zaqueo bajó
rápidamente y lo recibió con alegría. Fue tanto el gozo que este hombre sintió
al ver que Jesús, en compañía de tantas
personas justas, no le juzgaba y deseaba
ir a su casa, que lleno de jubilo dijo resueltamente a Jesús:
"Señor, voy a dar la mitad de mis bienes a los pobres, y a quien le haya
exigido algo injustamente le devolveré cuatro veces más.
Zaqueo fue transformado y a partir de ese momento,
por voluntad de Jesús y por su gracia, su casa fue salva porque lo que dio lo hizo de
corazón a través de un genuino arrepentimiento y no para comprar la salvación.
El
Dar no solo implica las cosas materiales, lo físico pasa a segundo plano; alguna vez has recibido algo tan pequeño y al
mismo tiempo tan grande como una sonrisa?, aun sea de un extraño? , has notado
lo fácil y automático que se te hace devolverla? Todo lo espontáneo, llega a
quien lo envías.
Nadie
es tan pobre que no tenga que dar, ni tan rico que no necesite, puedes dar una
mirada de confianza, tu compañía, una caricia, un abrazo, una palabra de
aliento y de esperanza, hoy te digo: deja que el amor se manifieste y se hará.
Dios
es amor! Si deseas aprender a dar, permite que él entre a tu corazón, que su
amor llene tu espíritu. La única manera de que esto suceda es entregándote a
Jesús, porque nadie llega al padre sino es por el hijo.
Lo
primordial, da gracias a Dios por todo cuanto tienes y eres, Segunda de Tesalonicenses 1:3 dice: “Debemos siempre dar gracias á Dios de
vosotros, hermanos, como es digno, por cuanto vuestra fe va creciendo, y la
caridad de cada uno de todos vosotros abunda entre vosotros”;
[Juan 6:32-35] Entonces
Jesús contestó: "En verdad les digo:
No fue Moisés quien les dio el pan del cielo. Es mi Padre el que les da el
verdadero pan del cielo. El pan que Dios da es Aquel que baja del cielo y que
da vida al mundo". Ellos dijeron: "Señor, danos siempre de ese
pan". Y Jesús les contestó: "Yo soy el pan de vida. El que viene a
mí nunca tendrá hambre y el que en mí cree nunca tendrá sed".
Dios no olvida y sobre
todo bendice de generación en generación a quienes le entregan su amor y su
alma con devoción y alegría, porque “Dios Bendice al dador alegre”.
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