En tiempo de Tormentas, Confía en Dios...

Por Belkys Matos

¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, 
Salvación mía y Dios mío. Salmos 42:5



Hay momentos en nuestras vidas en donde nos toca pasar por situaciones muy difíciles,  por procesos de tormentas en donde sentimos que todo a nuestro alrededor se vuelve en contra nuestra, es como si todo lo que hacemos nos sale mal, y lo que consideramos posibles soluciones al final no logramos alcanzar los resultados esperados.

Es en ese momento en donde sentimos una opresión fuerte en el alma, pues es allí en donde se esconden nuestras emociones, es por eso que escuchamos decir a algunos, "esa persona tiene el alma herida", y sabes algo? es cierto son esos tormentos los que provocan esas desagradables depresiones, esa falta de animo, y para muchos hasta ese deseo de dejar de vivir.

En Salmos 42:5 vemos como el salmista le habla a su alma, no le esta hablando a la situación,  ni le está hablando al problema, le pregunta a su alma: ¿Por qué te abates, oh alma mía y te turbas dentro de mi? es como si le estuviera diciendo: Oye reacciona, no te atormentes, no veas el problema, mira a tu creador y espera en El.

Considero que en este hombre existía una fe grande por Dios, esa es la fe que cada uno de nosotros debemos tener, pues todos en la vida tenemos que pasar por momentos difíciles, por aflicciones, pues el mismo Jesús nos lo dejó escrito en la Biblia, que "en el mundo tendréis aflicciones, pero confiad yo he vencido"....

No importa cuan difícil sea la situación por la que tú y yo estemos atravesando, es nuestro deber creer y aferrarnos a la Fe en aquel que nos llamó, y que nos prometió que no nos dejaría ni nos desampararía, aquel que nos dejó escrito en su santa y bendita Palabra un NO TEMAS para que día de nuestras vidas.

Cualquiera que sea la situación en la que estemos viviendo en estos momentos, debemos recordar que Dios esta con nosotros, y aunque por momentos sintamos que nuestras fuerzas se agotan y que nuestro ser se desgarra por dentro, es ahí donde debemos ordenar a nuestra alma en el nombre de Jesús que alabe a nuestro Dios, que en ella no hay lugar para turbaciones ni tormentos. 

Es alabando a Dios en donde se derrama la unción y se pudre el yugo, es en la adoración en donde se produce la liberación, y es en la sublime presencia de Dios en donde encontramos la verdadera Paz.

Por nada estemos turbados ni atormentados, esperemos en el Señor porque aun hemos de alabarle, de él proviene nuestra salvación, y es bajo Sus alas en donde encontramos el dulce refugio en tiempo de tormentas.

Dios te bendiga... 

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