23 No necesitaba atender el jefe de la cárcel cosa
alguna de las que estaban al cuidado de José, porque Jehová estaba con José, y
lo que él hacía, Jehová lo prosperaba.
La vida de José enseña principios importantes en cuanto a
los tiempos difíciles. He aquí tres que podemos aprender:
1. Las dificultades continuarán hasta que el propósito de
Dios se cumpla. En el caso de José, el plan de Dios era prepararlo para que
salvara a su familia y también a Egipto de la hambruna. Con el fin de preparar
a José para una posición de autoridad y responsabilidad, Dios lo puso en una casa
importante de Egipto como esclavo. Allí, en circunstancias difíciles, José pudo
aprender lecciones que necesitaría para el futuro. No solo adquirió capacidades
valiosas, sino que también su fe y su relación con el Señor se fortalecieron.
Dios sigue actuando de la misma manera, de modo que estemos preparados para
realizar el trabajo que Él ha previsto para nosotros (Ef 2.10).
2. Aprendemos más en la oscuridad que en la luz. Además
de descubrir la fidelidad del Señor, José aprendió a discernir la presencia de
Dios, rechazar la tentación y aceptar cualquier posición, ya fuera distinguida
o humilde. Las lecciones y los preceptos bíblicos se vuelven
"nuestros" solo después de que se hacen reales en nuestras vidas.
3. Lo que aprendemos en la oscuridad debemos compartirlo
en la luz. José compartió abiertamente su fe y su conocimiento de Dios cuando
interpretó los sueños de Faraón (Gn 41.15, 16). No dejó que su encarcelamiento
le impidiera ayudar a los demás (40.1-23). Lo que aprendemos en nuestras
pruebas, debemos ofrecerlo a quienes estén sufriendo.
Nadie está buscando adversidades, pero los tiempos
difíciles parecen encontrarnos con bastante frecuencia. En vez de temer a las
circunstancias difíciles, podemos confiar en Dios y adoptar su plan, sabiendo
que Él usa las pruebas para su gloria y nuestro beneficio.
Bendiciones!
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