Por Iván López
Introducción:
Este escrito nace con la intención de poder
despertar en los líderes la necesidad e importancia de aprender a delegar y por
consiguiente practicar este sabio principio, ya que por la falta de aplicación
del mismo, tenemos líderes cansados y áreas no atendidas en las iglesias y aun esto
ocurre en otras organizaciones no cristianas.
El líder debe entender que está trabajando con
personas que Dios ha dotado con capacidades y dones, que serán de bendición a
la obra. Es por esto que el líder debe ser lo suficientemente maduro para
reconocer que existen personas a su lado a las cuales se les pueden dar la
oportunidad de servir junto a él.
El delegar es de bendición para el líder y beneficio
a la obra, ya que ayudará al líder a descansar, enfocarse en un área específica,
eficientizar el trabajo, acabar con el sentimiento de protagonismo autoritario,
continuidad a la obra y sobre todo fomenta la participación y trabajo en
equipo.
Basado en la historia de Moisés y Jetro,
estaremos viendo principios importantes que nos ayudarán a mejorar nuestra
capacidad como líderes, pero antes de desarrollar este tema es necesario
recordar los siguientes conceptos.
La responsabilidad:
Es el compromiso que asume una persona del cual
debe rendir cuenta. La responsabilidad no se puede delegar, esto quiere decir
que si tú eres el encargado de un área específica, a ti se te pedirá cuenta
(Mateo 25:14-27).
Función:
Son las tareas que corresponde realizar a una
entidad,
organización o personas. A diferencia de responsabilidad, la función se
puede delegar, pero al final quien debe rendir cuenta será el responsable directo,
en el caso que nos compete (el líder).
Delegar:
Dar a otros la facultad de realizar tareas y
tomar decisiones. En la actualidad se usa el término ‘empowerment’ o empoderar.
Cuando delego como líder, le estoy dando la
oportunidad a otro de poder conocer la misión y visión que perseguimos y por ende
se sentirá identificado (enganchado) con la misma.
La historia de Moisés es bien conocida por
todos, desde su nacimiento hasta su muerte, hemos podido aprender todas las
situaciones que este hombre de Dios tuvo que vivir. Una de estas vivencias es
la referente a la responsabilidad dada por Dios a Moisés de dirigir el pueblo
de Israel. Luego de Moisés liberar al pueblo de la esclavitud de los egipcios,
se presentaron diversos escenarios donde Moisés debía mediar y tomar la
decisión. Para muchos líderes de hoy esto pudiera ser una actividad fácil de
manejar, pero cuando llegan problemas de diversas magnitudes, de toda una
nación y a todo momento, el estrés y el
agotamiento al estar solo en la solución de estos conflictos, se hacen
visibles. Esto era lo que estaba aconteciendo con Moisés.
Como un vaso de agua fría en tiempo de sed y
calor, llega a la vida de Moisés su suegro Jetro y lo aconseja acerca de la necesidad de delegar
funciones a hombres del pueblo, pero antes debían ser preparados en las áreas
que se les iban ha asignar, punto de suma importancia que recae sobre el líder (Éxodo
18:14-23).
El líder esta en el deber de preocuparse por preparar
a otros, Jetro le dice a Moisés antes de colocar a personas a dirimir asuntos
del pueblo es necesario que tú los prepare, que los capacites. Este es un punto
que los líderes de hoy necesitan aprender, su rol es de preocuparse por
adiestrar las personas que serán sus colaboradores y luego sus sucesores.
Vemos como iglesias e instituciones al momento
de morir su líder, pasan por una etapa de incertidumbre y división, porque el
líder nunca se preocupó en equipar su relevo, porque siempre tuvo un
sentimiento de eterna autoridad y sin ánimo de ofender ‘egoísmo’.
Otro punto importante es que Jetro dice a Moisés,
aparte de preparar esos líderes, es necesario que ellos cumplan con los
siguientes requisitos v21:
Varones de virtud. La palabra virtud quiere
decir que sientan el llamado, el deseo y vocación para dirigir y tomar
decisiones que estén encaminadas a la solución efectiva del problema presentado
por el pueblo.
Temerosos de Dios. Este es un requisito bien
claro para todos, el ser temeroso de Dios implica vivir una vida en obediencia
y sumisión a Dios. Esto ayudará al líder a tomar decisiones libre de
parcialidad y dirigido por Dios.
Varones de verdad. Aquí se refiere a que sea
una persona que hable la verdad que sea creíble, que los demás se sientan
seguro de que serán juzgados o tratados por alguien integro.
Que aborrezcan la avaricia.
Un líder no debe tener ese
deseo desmedido de querer cosas, ya que puede ser sometido a sobornos y si es
avaricioso cederá a la tentación.
Moisés tomo en cuenta el consejo de Jetro y capacitó
a los hombres que pondría bajo dirección y no solo preparó ese equipo, sino
también lo vemos adiestrando a Josué, para que este continuara su liderazgo. (Éxodo24:13, Número 27:18-23)
Así como Moisés actuaba antes de contar con los
sabios consejos de su suegro, existen lideres hoy día, que quieren realizar
ellos solo el trabajo, pero muchas veces sus intenciones son muy diferentes a
las de Moisés, ya que no delegan y capacitan a otros, por miedo a ser desplazados, perder la autoridad y otras
veces por sentirse dueños de la obra. Esta actitud trae repercusiones negativas
al desarrollo y continuidad del trabajo y casi siempre agotamiento y falta de tiempo
para ellos dedicarle a otros asuntos: familia, vida de oración, consejería,
enseñanza y otras áreas inherentes a la responsabilidad del líder.
Es importante tener claro que delegar no quiere
decir dejarle todo a los demás y yo estar tranquilo en un resort descansando,
delegar quiere decir dividir la carga y preparar lideres, lo que traerá buenos
resultados, los cuales tocaremos en el siguiente apartado.
Aun Dios nos muestra la importancia de delegar, vemos
cuando Dios le dice a Adán quiero que te encargues de dirigir toda mi creación
(génesis 1:18). En tal sentido si Dios siendo todo Poderoso y Soberano, ha
delegado funciones y responsabilidades al hombre, cuanto más nosotros que somos
simples mortales tenemos que practicar este principio, el cual trae como
beneficios:
·
Descanso.
·
Enfoque en un punto, no en todos.
·
Preparación de nuevos líderes.
·
Descentralización de autoridad.
·
Unidad.
·
Trabajo en equipo.
·
Crecimiento.
·
Responsabilidad.
Oramos a Dios para que permita a los líderes y
sobre todo a aquellos que no están practicando este principio de delegar, a que
puedan fomentarlo, ya que los beneficios serán para provecho y crecimiento de
la obra.
Finalizo citando las siguientes palabras:
‘El líder calificado es un hombre que puede
delegar a otros’. (John MacArthur).
‘La evidencia de un verdadero líder no se ve
cuando el líder está en el lugar donde sirve, sino cuando el líder no está. Si
las cosas funcionan bien cuando tú no estás, esto es una evidencia de haber aprendido
a delegar y preparar a otros a ejercer sus responsabilidades’. (John Maxwell).
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