LA DEPRESION

Los trastornos depresivos interfieren con el funcionamiento cotidiano del ser humano. Ellos causan dolor y sufrimiento no sólo a quienes los padecen, sino también a sus seres queridos. Una depresión severa puede destruir tanto la vida de la persona que la padece como la de su familia.
La mayoría de las personas deprimidas no buscan tratamiento o ayuda. Aún cuando la gran mayoría (incluso quienes sufren de depresión severa) podrían recibir ayuda y sanidad. Creemos que la orientación espiritual en tu iglesia, el apoyo familiar, la oración y la lectura bíblica son indispensables para una pronta recuperación; al igual que la motivación personal, el controlar las emociones y el ejercicio físico son de vital ayuda para un notable alivio inmediato de síntomas.
Desgraciadamente, muchas personas no creen o no saben que la depresión es una enfermedad tratable como cualquier otra y que existe la esperanza.
Vea algunos consejos útiles aquí
¿Qué es un trastorno depresivo?
El trastorno depresivo es una enfermedad que afecta el organismo (el cerebro principalmente), el ánimo, y la manera de pensar. Afecta la forma en que una persona come y duerme. Afecta cómo uno se valora a sí mismo (autoestima) y la forma en que piensa. Un trastorno depresivo no es lo mismo que un estado pasajero de tristeza. No indica debilidad personal. No es una condición de la cual una persona sin asesoramiento puede liberarse a voluntad, pues carece de información, apoyo y herramientas para combatirle.
Las personas que padecen de un trastorno depresivo no pueden decir simplemente "ya basta, me voy a poner bien", sino hay una base real de conocimiento, fe, autoestima y disposición de parte de él. Sin asesoramiento profesional, los síntomas pueden durar semanas, meses e incluso años, sumergiendo a la persona en un mundo caótico, por lo cual muchos recurren a soluciones violentas, abuso de drogas, alcohol, fármacos y algunos al extremo de atentar contra su propia vida.

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