Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás ; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. Juan 4:13-14
El Agua líquido maravilloso que valoramos tan poco. Los que la tenemos ni siquiera la cuidamos, por el contrario la malgastamos.
Mientras tanto en el desierto todos la atesoran, las plantas, los animales. Allí el agua parece tener un brillo diferente, a distancia somos sorprendidos por visiones de hermosas lagunas y arroyos que nos dejan perplejos de tanta hermosura, con una ilusión óptica de la mezcla del sol, el aire y el calor que brota desde las entrañas de la tierra.
Esto era lo que se disponía a buscar esta mujer samaritana antes de su encuentro con el Maestro. Pero más que este preciado liquido en una zona árida que era donde habitaba esta mujer, Jesús le ofrece “el agua de vida eterna", un agua que no cesaría jamás, podemos imaginarnos la expresión del rostro de esta mujer, la cual al final descubre que está ante el tan esperado y deseado Mesías.
Hoy Dios quiere que todos bebamos de esa fuente, que saciemos nuestra sed, que nos entreguemos a él con todas nuestras cargas y reposemos bajo sus alas, disfrutando de su abrigo, mientras respiramos el agradable aire que brota de su presencia.
Dios te bendiga en este hermoso día... Bmatos
El Agua líquido maravilloso que valoramos tan poco. Los que la tenemos ni siquiera la cuidamos, por el contrario la malgastamos.
Mientras tanto en el desierto todos la atesoran, las plantas, los animales. Allí el agua parece tener un brillo diferente, a distancia somos sorprendidos por visiones de hermosas lagunas y arroyos que nos dejan perplejos de tanta hermosura, con una ilusión óptica de la mezcla del sol, el aire y el calor que brota desde las entrañas de la tierra.
Esto era lo que se disponía a buscar esta mujer samaritana antes de su encuentro con el Maestro. Pero más que este preciado liquido en una zona árida que era donde habitaba esta mujer, Jesús le ofrece “el agua de vida eterna", un agua que no cesaría jamás, podemos imaginarnos la expresión del rostro de esta mujer, la cual al final descubre que está ante el tan esperado y deseado Mesías.
Hoy Dios quiere que todos bebamos de esa fuente, que saciemos nuestra sed, que nos entreguemos a él con todas nuestras cargas y reposemos bajo sus alas, disfrutando de su abrigo, mientras respiramos el agradable aire que brota de su presencia.
Dios te bendiga en este hermoso día... Bmatos
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