por Josh McDowell
¿Qué razones dar a los adolescentes para que se
abstengan de las relaciones premaritales? Hay una razón básica, Dios nos lo
prohibe. No obstante, Dios nos ha dado numerosas razones para obedecer su
mandamiento y es vitalmente importante conocerlas. El autor nos ofrece ocho
buenas razones para que sus adolescentes esperen.
Hay una razón básica para abstenerse de la relación
premarital: porque Dios lo dice. Si Él dice que el sexo prematrimonial está
prohibido (y lo ha dicho) entonces es causa suficiente para refrenarse de tal
conducta. No obstante, Dios nos ha dado numerosas razones para obedecer su
mandamiento y es vitalmente importante conocerlas porque es conocer el por qué.
¿POR QUÉ ESPERAR?
Tenemos ocho buenas razones para que tu adolescente
espere, cuatro son beneficios y las otras cuatro consecuencias.
BENEFICIOS
El esperar favorece una relación personal, más que
física.
Todos deseamos una relación de amor íntimo y el sexo
es la expresión física de esa relación. Pero es sólo un reflejo de intimidad,
no la causa. Cuando el sexo está primero que una relación personal, no deja que
el verdadero amor se desarrolle.
El esperar desarrolla el carácter.
El sexo está diseñado para experimentarse entre dos
personas casadas, construido sobre autocontrol, disciplina, sensibilidad,
paciencia, compromiso, confianza y fidelidad. Cuando está gobernado por esas
cualidades capacita a la pareja para gozar de grandes profundidades en
intimidad y unidad. Cuando esto se halla en el carácter, son el fundamento para
la continuidad y la satisfacción de una relación y del matrimonio.
El esperar asegura una relación confiable.
La confianza es fundamental para el matrimonio. Cuando
un esposo o una esposa sabe que el otro ha esperado, se fortalece el factor de
confianza. Si un hombre y una mujer pueden esperar hasta el casamiento para
consumar el sexo, hay una confianza agregada de que él o ella se mantendrá fiel
después del matrimonio.
El esperar construye una buena autoestima.
El esperar desarrolla el carácter y, mientras el
adolescente ve que así sucede, su autoimagen mejora.
CONSECUENCIAS
No esperar significa tener recuerdos con qué batallar.
Una de las bellezas de nuestra mente es su capacidad
para recordar. Es así que los recuerdos de experiencias sexuales pasadas
vuelven a rondar como «fantasmas sexuales». Decenas de jóvenes me han contado
cómo batallan contra el miedo de la «comparación», al relacionar el presente
con el funcionamiento sexual de otras parejas. En muchos casos, esta ha
destruido la relación. Aun años más tarde, burlándose de la saludable relación
o matrimonio, esos fantasmas pueden retornar.
El no esperar carcome la autoestima.
La culpa y los remordimientos acompañan generalmente a
las relaciones prematrimoniales. Si no se trata debidamente, devastará la
autoestima de una persona joven.
El no esperar significa la posibilidad de embarazo.
Un embarazo no planeado causa inmenso sufrimiento a la
chica, al muchacho, a los padres y al bebé.
Hay 34.000 otras razones para esperar.
Ese es el número de nuevas enfermedades por
transmisión sexual que se reportan diariamente. Las consecuencias de estas
enfermedades incluyen dolor físico, daños cerebrales en los recién nacidos,
esterilidad y aun la muerte.
ENSEÑA EL CONTEXTO DE LO POSITIVO
Siempre que Dios emite un mandamiento negativo tal
como «¡Espera!», lo hace con dos motivos positivos: protegernos y proveer para
nosotros. Él sabe que si el sexo va a ser importante, deberá ser experimentado
dentro de cierto contexto. Sus leyes, restricciones y mandamientos establecen
los beneficios y es la guía que define amor, relación y matrimonio en su máxima
expresión. Es liberador saber que la motivación de Dios para prohibir algunas
cosas es para protegernos de influencias destructivas y proveernos de todo lo
que necesitamos física, emocional y espiritualmente.
El rey David es un ejemplo de cómo el violar los
mandamientos morales de Dios trae dolor al corazón. Después que David cometió
adulterio, Dios dijo: «Yo te ungí por rey sobre Israel, y te libré de mano de
Saúl, y te di la casa de tu señor, y las mujeres de tu señor en tu seno; además
te di la casa de Israel y de Judá; y si esto fuera poco, te habría añadido
mucho más» (2 Sa. 12.7, 8).
Sin embargo David «estimó de poco valor» la provisión
de Dios y trató de satisfacer sus necesidades a su manera. Esto resultó en
muerte, violación, conspiración y disturbio. Pero a través de ello, la
misericordia de Dios era evidente. En el Salmo 37.4, 5 David expresó cómo
aprendió luego a confiar en un amante Dios que estaba deseoso de proveer y era
capaz de hacerlo para todas sus necesidades y protegerlo del mal.
Tanto como sea posible, explícale al adolescente las
razones que están detrás de las restricciones que pones sobre él. Comunícale
que sólo quieres lo que es mejor para él. No te sorprendas si se enoja contra
ti. La mayoría cree que «sabe lo que es mejor» para su vida, pero tú mantente
en la postura. Tarde o temprano, el punto principal será entendido: que tú lo
amas, y que los límites de tu amor, que provienen de un amante Dios, son para
protegerlo y proveer para él.
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